La pegada del Real Madrid no apareció en el partido de Champions ante el París Saint-Germain y las blancas no pudieron pasar del empate sin goles, pese a merecer en el tramo final un botín mayor que su rival. De hecho, el pitido final cortó un uno contra uno de Esther ante la portera. Misa salvó en varias ocasiones a las de Toril, que fallaron en el momento decisivo del partido y no pudieron reflejar su superioridad en el marcador. Pese a ello, se llevan un valioso punto y la clara confirmación de que las diferencias con un rival que el pasado curso las pasó por encima en dos ocasiones son, hoy por hoy, inexistentes.
Llegaban las madridistas al encuentro después de poner fin al pleno de victorias este curso en el Ciutat de Valencia, donde empataron ante el Levante. Entonces, Toril aprovechó para hacer rotaciones y dar descanso a varias de las jugadoras que más carga de minutos llevaban, entre ellas Athenea. Pero con la visita ante el PSG, tocaba el equipo de gala.
Toril recuperaba para la causa a Weir, baja por una sobrecarga en los dos últimos partidos y la única sorpresa –cada vez menos novedosa– era la presencia de Rocío por Ivana en el centro de la zaga. Salían las madridistas con Misa; Kenti, Kathellen, Rocío, Olga; Freja Siri, Toletti, Zornoza; Athenea, Weir y Esther.
En partido comenzaba con dos intervenciones salvadoras de Misa, en un encuentro sin dominador claro. Lejos de amedrentarse y echarse atrás, las blancas trataban de imponer su fútbol en el centro del campo, donde a priori contaban las galas con una superioridad física que no se reflejo lo suficiente. Llegaron las primeras oportunidades para las blancas tras un disparo de Freja Siri y, sobre todo, después de una acción estelar de Weir que pudo suponer el primero.
La escocesa sigue demostrando su enorme clase en cada partido y ante las francesas volvió a hacerlo. La bajó de espuela, jugó para Zornoza de tacón y logró penetrar en el área, aunque las numerosas piernas que salieron a su paso disiparon una acción en la que se acabó pidiendo penalti por un claro empujón sobre Athenea cuando iba a cazar el balón rechazado.
Tras el descanso, Misa volvió a hacerse gigante bajo palos para salvar el gol de Diani. Le costaba más al conjunto blanco aparecer por las inmediaciones del área parisina, pero cuando logró hacerlo fue con mucho peligro. De un centro de Esther rechazado dispuso de la más clara Toletti, que llegó forzada y erró a portería vacía.
Se reactivaron las madridistas tras la acción y comenzaron a merecer un gol que se resistía. Estuvo en los pies de Esther en dos ocasiones, con un balón al palo y en otra ocasión en la que no llegó a tiempo para aprovecharse de una pifia de la portera Bouhaddi con su central, y también Zornoza. La polémica llegó en la última acción, con la colegiada del partido decretando el final cuando Esther se marchaba sola de cara a portería.
El punto dejó una sensación agridulce en Valdebebas. Hubo posibilidades de dejar contra las cuerdas a uno de los cocos de la competición en caso de haber ganado, pero aún así la satisfacción es plena por la imagen dada, puesto que confirma que el Real Madrid ya es capaz de pelear de tú a tú con el resto de grandes del continente. Tras las dos primeras jornadas, las blancas suman cuatro puntos, sacando tres a las francesas, semifinalistas el pasado curso.